Teoria y tecnica del automovil

martes, 30 de noviembre de 2010

Mecánica del Nissan Leaf

El corazón del Nissan Leaf es un motor eléctrico de 80 KW (108 CV) situado en el frontal, caracterizado por su inmediata entrega de par máximo (280 Nm). De hecho, el par aparece de forma instantánea, prácticamente desde que ponemos el coche en marcha. Según Nissan, la entrega de par de este coche equivale a la de un motor V6 de 2.5 litros de gasolina convencional.

Este motor está alimentado por un conjunto de módulos de baterías de iones-litio (48 en total), de diseño laminar, no cilíndrico. Esto ha permitido colocarlos bajo el piso del coche, para así no interferir en el espacio interior. Estas baterías suministran de energía al motor eléctrico, previo paso por un inversor que convierte la energía continua en alterna.
La transmisión a las ruedas delanteras es similar a la de un automóvil convencional, y podemos ver a la vista los palieres. No obstante, este coche no dispone de caja de cambios. En su lugar se sitúa una reductora, de estructura no convencional. Y poco más.
Uno de los aspectos positivos del Nissan Leaf, como coche eléctrico, es precisamente la sencillez de su cadena cinemática. No hay caja de cambios, ni árboles de transmisión, ni son necesarios cambios de aceite periódicos. Las pastillas de freno, por ejemplo, tienen un desgaste mínimo, ya que la función de frenar el coche se confía en buena parte al sistema regenerativo de energía, que utiliza el motor eléctrico como generador.
Comportamiento
No sorprende la ausencia de ruido al poner el coche en marcha. Sólo debemos pulsar un botón y esperar que se ilumine la bonita pantalla que sustituye al tradicional cuadro de relojes. Esta pantalla nos indica la autonomía disponible, la velocidad (en digital), la temperatura de las baterías y si estamos utilizando o no el sistema regenerativo de energía.
Si choca la ausencia de palanca de cambio. Sólo hay un pequeño dial con el que podemos insertar Directa, la marcha atrás, Neutral o Parking. Por lo tanto, ponerse en marcha es lo más sencillo del mundo. Botón de arranque y Directa.
El coche acelera de forma instantánea, con el único ruido que provoca el rodar de los neumáticos y la resistencia del viento sobre la carrocería. Por debajo de 30 km/h el Leaf avisa a los peatones de su presencia con un casi imperceptible sonido de alta-baja frecuencia. En el interior del habitáculo no se oye.
El Leaf empuja con contundencia desde el mismo instante en el que pulsamos el acelerador. La aceleración es absolutamente líneal, sin las transiciones entre marchas típicas de un coche convencional.
No es un coche de altas prestaciones, si bien éstas son parecidas a las de cualquier diesel de su potencia, por ejemplo. Hasta unos 80-100 km/h, el empuje es claramente perceptible. A partir de ahí, y hasta los 140 km/h, le cuesta coger algo más de velocidad. Pero podemos seguir el ritmo del tráfico sin ningún tipo de complejos, ya que las recuperaciones son excelentes a cualquier régimen. En realidad, los límites de la conducción los pones tú.
A la hora de frenar, este eléctrico ofrece un tacto similar al de otros muchos vehículos que utilizan un sistema de recuperación de energía en las frases de frenado. Es decir, el tacto del pedal ofrece poca reistencia inicial, para acabar frenando de forma un tanto brusco. A favor del Nissan hemos de decir que este efecto está bastante minimizado, y de momento, es de los que frenan de una manera más “convencional”. Esta peculiaridad obliga a una ligera adaptación por parte del conductor.
Nissan ha diseñado el Leaf con un espíritu utilitario y práctico. Sus suspensiones han sido taradas con el objetivo de garantizar un buen nivel de confort, y ofrecen una notable capacidad de absorción. No obstante, son quizás demasiado balndas, ya que en los fuertes apoyos la carrocería balancea un poco. Otro punto a mejorar es el tacto de la dirección, que es un tanto esponjoso, aunque el coche no se percibe pesado y resulta suficientemente ágil en los virajes.
Es un coche que se mueve muy bien en cualquier escenario, ya sea ciudad, carretera o autopista. En esta última, debemos tener presente que si vamos a alta velocidad la autonomía se resiente, y los 160 kilómetros teóricos se reducen de forma rápida. Y es que en autopista no regeneramos apenas energía, algo que conviene tener en cuenta.
La autonomía del Nissan Leaf depende de varios factores: de nuestro estilo de conducción, de si llevamos o no el aire acondicionado y de la velocidad media del trayecto efectuado, entre los más importantes. El coche nos indica en la pantalla si estamos practicando o no una conducción ecológica. También existe un modo de uso Eco, que podemos seleccionar, para reducir el uso del aire acondicionado y aumentar la autonomía un 10%.

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